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Comentario

Comentario de RIOENRED el junio 23, 2009 a las 10:21am

Bajo las faldas del Chimborazo, se asienta un pequeño pueblo que desde hace décadas acuden todos los martes y viernes a las nieves eternas del Taita Chimborazo.

Bajo las faldas del Coloso Chimborazo, se asienta un pequeño pueblo, que en como todos, su gente se dedica a la agricultura, pero en este antiguo pueblo existe la familia Ushca, que desde hace décadas se dedican a la tarea titánica de mineros, pero estos mineros son diferentes, acuden todos los martes y viernes a las nieves eternas del Taita Chimborazo. Gregorio Ushca desde temprano en la mañana se prepara para visitar al Chimborazo, junto con sus burros va pasando por chacras multicolores, hasta avanzar al páramo, y ahí con su hoz corta paja, y en un dos por tres teje sogas gruesas y resistentes que servirán para amarrar y dar cobijo al hielo del Taita Chimborazo. El sendero transcurre por un camino animado de mirlos, curiquingues, guarros, y de ves en cuando se dejan ver los lobos de páramo, después de pasar por pequeños licopodios, se entra en un terreno de rocas y morrenas, donde se avistan a uno que otro colibri tomando el néctar de la flor del andinismo, la chuquirahua; la pendiente se torna mas empinada y abajo se puede observar la llanura de Tapi, que se extiende a lo largo y ancho del valle, al fondo se levanta imponente con sus picos afilados como cuchillas el Altar, sigue el sendero en zigzag con su mirada al frente en los tres macizos de nieve de este gigante de los Andes; el sendero se va abriendo como dando una bienvenida a los visitantes, y al fondo se observa las minas de hielo; ahí están la barra, el pico, el hacha, la pala, herramientas que están esperando las manos de estos hombres que tienen una comunión con la montaña.






Empiezan a picar el hielo fósil que hace millones de años fue agua, cae un pedazo de hielo y Gregorio empieza a dividirlo, a darle forma, como un copo de nieve gigante, con la paja que ha cortado, la hace caer al suelo de una manera entretejida, como si fuese una alfombra para cobijar este pedazo de montaña, amarrando con las sogas de paja, el hielo esta listo para cargar en los burros. Empieza el descenso, los burros con una tranquilidad siguen valle abajo el sendero de estos fuertes y valientes hombres, poco a poco va quedando atrás las morrenas, las rocas, el páramo, las chacras multicolores y en la tarde están de regreso en el pueblo descargando el hielo, junto al camino que conduce a Riobamba, para al día siguiente muy temprano en la mañana transportar este pedazo de montaña al mercado de Riobamba, para preparar la tradicional bebida de nombre “raspado” que es la mezcla del hielo glacial con jarabe de frutas.

Tomar esta bebida es tomar un pedazo de montaña y es sentir la magia, el poder del Taita Chimborazo, que quienes lo visitan quedan hechizados con su belleza y grandeza. Gregorio cuenta que antes venían descalzos hasta las minas de hielo y que es un trabajo muy duro, ahora sus hijos y los de su hermano, no se dedican a esta profesión, con el tiempo desaparecerá esta titánica labor.




El Sendero de los Hieleros
Este sendero recorre a los pies del Chimborazo, atravesando sembríos multicolores avanzando por el páramo hasta llegar a las minas de hielo donde la familia Ushca transporta hielo del Majestuoso Chimborazo hacia el valle para hacer una bebida llamada "raspado"


El agua y el hielo del nevado eran la fuente de sustento de los "hieleros del Chimborazo", que antaño subían a pie hasta la nieve (un recorrido de al menos cinco horas desde el valle) para cortar grandes pedazos de hielo que luego se vendían en la ciudad. Los hieleros no suben más hasta el Chimborazo, pero en Cayambe esta labor tan dura es motivo de una fiesta: las carreras de hieleros. El que llega más cargado es el ganador.