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Vínculo permanente Respuesta de Jenner Baquero el agosto 26, 2011 a las 2:43pm

Estaba en Loja en el 87  en la 7BI , arma: transmisiones. Un sábado por la mañana estaba de guardia ;cuando un soldado pécora de nombre Juan Cobos (me odiaba) me ordenó que me vaya a la hacienda con los demás ; le dije que no podía pues estaba de guardia; me golpeó con el plano del machete en la espalda diciéndome" anda a decirle a mi cabo comandante del centro de transmisiones que te dé permiso".-fui con toda la mala gana: el cabo me dijo que sí, que me vaya a la hacienda de la Brigada ; cuando regresé a la cuadra a sacarme las botas y ponerme los venus que nos daban de dotación Cobos me cayó a puñetes .-mientras recibía los quiños me decía ¿será que le respondo también a puñetes?; llegué a la conclusión que si lo hacía me dejarían castigado por más tiempo en el cuartel (ya nos faltaba poco para salir) y decidí tragármelo. Cuando dejó de golpearme me senté en mi caja ; me saqué las botas nuevas de dotación y ese momento me cayó un planazo en la cabeza.-me dejó viendo luces; me levanté y comencé a tomar la salida de la cuadra; Cobos volvió a caerme a puñetes increpándome con un lenguaje tan vulgar como lo distinguía a él. Me fuí a la hacienda y regresé por la tarde; Cobos me había robado las botas que dejé bajo mi cama.

Por aquellos días luego del parte de la noche nos mandaban a correr al "Cuartel 2 " y siempre me perseguía Cobos machete en mano;en una ocasión vi mi mano bañada en sangre; Cobos casi me había arrancado el dedo índice de la mano izquierda en la carrera; creo que me dio de filo; tengo la marca hasta hoy.

 

Cobos era un demente que vivía solo castigado; le quitaban la salida; compartía el mismo dormitorio que nosotros 20. Se escapaba por las noches y venía a golpearnos o a insultarnos de madrugada. No podíamos en aquellos años hacer nada sin que por ello dejásemos de ser castigados quedándonos más de la cuenta.

Al final la "noche negra" nos la dedicó Cobos. Después de una paliza reptando nos quitó las cobijas: rompimos los colchones en la madrugada y nos metimos en el forro: Al fin nos librábamos de Cobos.

Un año después en Quito me encontré con un distinguido soldado; muy buena persona; me dijo que Cobos recibió la baja y que andaba por Quito...No volvimos a saber más de él.

Escoria como Cobos no le sirven a nadie; peor al ejército del cual me precio ser  reservista y ex oficial de la marina mercante. A éste chiflado no quisiera encontrármelo cerca pues sin duda él no la pasaría bien; ya no le ampararía ser superior; de todas maneras recibirá siempre mi desprecio.