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PLUS ULTRA

En Busca de los Maldonadinos y exMaldonadinos por todo el mundo

Página Web: http://www.colegiomaldonado.edu.ec/home.php
Ubicación: Riobamba
Miembros: 179
Última actividad: Jun 2, 2018

Un poquito de historia


PEDRO VICENTE MALDONADO

Nació en la sultana de los andes, el 24 de diciembre de 1704 , sus padres fueron el Capitán Pedro Maldonado y su madre fue María Isodora Palomino, sus estudios primarios y secundarios los realizó en Riobamba dirigido por los Jesuitas , destacándose como un buen estudiante. Pasando luego a realizar sus estudios superiores en la Universidad Gregoriana, graduándose como profesor en ciencias exactas.

Con estos conocimientos realiza varias mediciones en nuestra región Amazónica , construye el camino a Esmeraldas, Edita la Carta Geográfica del Reino de Quito. Llegó a ser Miembro correspondiente de la Academia de las Ciencias de París.
Cuando residía en la lujosa cuidad de Londres , en esta ciudad enfermase gravemente de fluxión de pecho es decir angina de pecho, enfermedad tan violenta que le privó de la vida el 7 de noviembre de 1748, cuando había llegado a la cúspide de sus ideas y de su fama .

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Sobre nombres de los profesores y estudiantes mas recordados

Iniciada por Fabian Patricio Brito Sanaguano. Última respuesta de Fabian Patricio Brito Sanaguano Abr 27, 2012. 12 Respuestas

PROFESORES Y ALUMNOS

Iniciada por RAUL FERNANDO RODRIGUEZ PARREÑO Dic 16, 2011. 0 Respuestas

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Comentario

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Comentario de Dario Brito el noviembre 8, 2009 a las 5:33pm
Ya pues alguien párele bola al pobre churis mas lo que invita y nada….. Fresco mijo yo me apunto para lo que sea cuando sea mi LDA pero ojala asomen mas pues locoooo llamaras me para concretar algo en chévere
Comentario de EDUARDO FABRICIO ZURITA VARELA el noviembre 8, 2009 a las 1:22pm
pilas ya estoy en rio
Comentario de Victor Hugo Gonzalez el noviembre 8, 2009 a las 12:18pm
que fue churis llamaras para el encuentro o dirasle al muerto que me timbre mi numero es 095064248
Comentario de EDUARDO FABRICIO ZURITA VARELA el noviembre 5, 2009 a las 2:52pm
LA PROXIMA SEMANA PARA ENCONTRARNOS,,LAMARAN
Comentario de EDUARDO FABRICIO ZURITA VARELA el noviembre 3, 2009 a las 1:38am
DARAN SEÑALES DE VIDA Y PÌLAS PARA EL TOPE
Comentario de BOLIVAR el octubre 21, 2009 a las 9:56pm
ACABA DE LLEGAR UN MALDONADINO DE CORAZON
Comentario de Marcelo el octubre 19, 2009 a las 3:33pm

MALDONADINOS POR SIEMPRE!....saludos brothers a toda la comunidad de nuestro viejo y querido colegio
Comentario de Juan Pablo Alban Pozo el octubre 15, 2009 a las 9:22am
Me da mucho gusto saber q el maldonado esta elevando mas y mas su nivel academico en busca de nuevos valores para el desarrollo del pais eso es bueno ya q seguiremos teniendo orgullo del mejor colegio de riobamba
Comentario de Bolivar eduardo Brito Sanaguano el octubre 14, 2009 a las 6:30am
que tambien es para propagandas si es asi pues yo tambien tengo Estimados srs. maldonadinos reciban un coordial y atento saludo de quienes conformamos las Fuerzas Armadas del Ecuador LA ESFORSE SE ENCUENTRA REALIZANDO EL LLAMAMIENTO PARA ASPIRANTES A SOLDADOS ESPECIALISTAS (LICENCIADO O TEGNOLOGO EN ENFERMERIA, AGROFORESTAL O AGROPECUARIO,INGENIERO AGRONOMO, TECNOLOGO MEDICOEN RADIOLOGIA,TERAPIA FISICA,LABORATORIO CLINICO, TECNOLOGO INFORMATICO Y TECNOLOGO MUSICO) SE ESTA APLICANDO LA LEY DE GRATUIDAD EN LA EDUCACION no imorta si eres casado o soltero si tienes o no plata ponte once los interesados favor acercarse a la unidad militar mas cercana a comprar los prospèctos el curso dura solo seis meses GRACIAS.. atte el MUERTO mayor
Comentario de Carlos Marcelo Luna G. el octubre 3, 2009 a las 2:09pm
Hola a todos.
Ahi les envío algo para que mediten largo.

"> > LA INSOLENCIA -
por Dr. MARIO ROSENDE

> > En mi casa me enseñaron bien.
> > Cuando yo era un niño, en mi casa me enseñaron a honrar dos reglas sagradas:
> >
> > Regla N° 1: En esta casa las reglas no se discuten.
> > Regla N° 2: En esta casa se debe respetar a papá y mamá.
> >
> > Y esta regla se cumplía en ese estricto orden. Una exigencia de
> > mamá, que nadie discutía... Ni siquiera papá. Astuta la vieja,
> > porque así nos mantenía a raya con la simple amenaza: “Ya van a ver
> > cuando llegue papá”. Porque las mamás estaban en su casa.. Porque
> > todos los papás salían a trabajar... Porque había trabajo para todos
> > los papás, y todos los papás volvían a su casa.
> > No había que pagar rescate o ir a retirarlos a la morgue. El respeto
> > por la autoridad de papá (desde luego, otorgada y sostenida
> > graciosamente por mi mamá) era razón suficiente para cumplir las
> > reglas.
> >
> > Usted probablemente dirá que ya desde chiquito yo era un sometido,
> > un cobarde conformista o, si prefiere, un pequeño fascista, pero
> > acépteme esto: era muy aliviado saber que uno tenía reglas que
> > respetar. Las reglas me contenían, me ordenaban y me protegían. Me
> > contenían al darme un horizonte para que mi mirada no se perdiera en
> > la nada, me protegían porque podía apoyarme en ellas dado que eran
> > sólidas. Y me ordenaban porque es bueno saber a qué atenerse. De lo
> > contrario, uno tiene la sensación de abismo, abandono y ausencia.
> >
> > Las reglas a cumplir eran fáciles, claras, memorables y tan reales y
> > consistentes como eran “lavarse las manos antes de sentarse a la
> > mesa” o “escuchar cuando los mayores hablan”.
> >
> > Había otro detalle, las mismas personas que me imponían las reglas
> > eran las mismas que las cumplían a rajatabla y se encargaban de que
> > todos los de la casa las cumplieran. No había diferencias. Éramos
> > todos iguales ante la Sagrada Ley Casera.
> > Sin embargo, y no lo dude, muchas veces desafié “las reglas”
> > mediante el sano y excitante proceso de la “travesura” que me
> > permitía acercarme al borde del universo familiar y conocer
> > exactamente los límites. Siempre era descubierto, denunciado y
> > castigado apropiadamente.
> >
> > La travesura y el castigo pertenecían a un mismo sabio proceso que
> > me permitía mantener intacta mi salud mental. No había culpables sin
> > castigo y no había castigo sin culpables. No me diga, uno así vive
> > en un mundo predecible.
> > El castigo era una salida terapéutica y elegante para todos, pues
> > alejaba el rencor y trasquilaba a los privilegios. Por lo tanto las
> > travesuras no eran acumulativas. Tampoco existía el dos por uno. A
> > tal travesura tal castigo. Nunca me amenazaron con algo que no
> > estuvieran dispuestos y preparados a cumplir.
> >
> > Así fue en mi casa. Y así se suponía que era más allá de la esquina
> > de mi casa. Pero no. Me enseñaron bien, pero estaba todo mal. Lenta
> > y dolorosamente comprobé que más allá de la esquina de mi casa había
> > “travesuras” sin “castigo”, y una enorme cantidad de “reglas” que no
> > se cumplían, porque el que las cumple es simplemente un estúpido (o
> > un boludo, si me lo permite).
> >
> > El mundo al cual me arrojaron sin anestesia estaba patas para
> > arriba. Conocí algo que, desde mi ingenuidad adulta (sí, aún sigo
> > siendo un ingenuo), nunca pude digerir, pero siempre me lo tengo que
> > comer: "la impunidad". ¿Quiere saber una cosa? En mi casa no había
> > impunidad. En mi casa había justicia, justicia simple, clara, e
> > inmediata. Pero también había piedad.
> >
> > Le explicaré: Justicia, porque “el que las hace las paga”. Piedad,
> > porque uno cumplía la condena estipulada y era dispensado, y su
> > dignidad quedaba intacta y en pie. Al rincón, por tanto tiempo, y
> > listo... Y ni un minuto más, y ni un minuto menos. Por otra parte,
> > uno tenía la convicción de que sería atrapado tarde o temprano, así
> > que había que pensar muy bien antes de sacar los pies del plato.
> >
> > Las reglas eran claras. Los castigos eran claros. Así fue en mi
> > casa. Y así creí que sería en la vida. Pero me equivoqué. Hoy debo
> > reconocer que en mi casa de la infancia había algo que hacía la
> > diferencia, y hacía que todo funcionara. En mi casa había una
> > “Tercera Regla” no escrita y, como todas las reglas no escritas,
> > tenía la fuerza de un precepto sagrado. Esta fue la regla de oro que
> > presidía el comportamiento de mi casa:
> >
> > Regla N° 3: No sea insolente. Si rompió la regla, acéptelo, hágase
> > responsable, y haga lo que necesita ser hecho para poner las cosas
> > en su lugar.
> >
> > Ésta es la regla que fue demolida en la sociedad en la que vivo. Eso
> > es lo que nos arruinó. LA INSOLENCIA. Usted puede romper una regla
> > -es su riesgo- pero si alguien le llama la atención o es atrapado,
> > no sea arrogante e insolente, tenga el coraje de aceptarlo y hacerse
> > responsable. Pisar el césped, cruzar por la mitad de la cuadra,
> > pasar semáforos en rojo, tirar papeles al piso, tratar de pisar a
> > los peatones, todas son travesuras que se pueden enmendar... a no
> > ser que uno viva en una sociedad plagada de insolentes. La
> > insolencia de romper la regla, sentirse un vivo, e insultar,
> > ultrajar y denigrar al que responsablemente intenta advertirle o
> > hacerla respetar. Así no hay remedio.
> >
> > El mal de los ecuatorianos es la insolencia. La insolencia está
> > compuesta de petulancia, descaro y desvergüenza. La insolencia hace
> > un culto de cuatro principios:
> >
> > - Pretender saberlo todo
> > - Tener razón hasta morir
> > - No escuchar
> > - Tú me importas, sólo si me sirves.
> >
> > La insolencia en mi país admite que la gente se muera de hambre y
> > que los niños no tengan salud ni educación. La insolencia en mi país
> > logra que los que no pueden trabajar cobren un subsidio proveniente
> > de los impuestos que pagan los que sí pueden trabajar (muy justo),
> > pero los que no pueden trabajar, al mismo tiempo cierran los caminos
> > y no dejan trabajar a los que sí pueden trabajar para aportar con
> > sus impuestos a aquéllos que, insolentemente, les impiden trabajar.
> > Léalo otra vez, porque parece mentira. Así nos vamos a quedar sin
> > trabajo todos. Porque a la insolencia no le importa, es pequeña,
> > ignorante y arrogante.
> >
> > Bueno, y así están las cosas. Ah, me olvidaba, ¿Las reglas sagradas
> > de mi casa serían las mismas que en la suya? Qué interesante. ¿Usted
> > sabe que demasiada gente me ha dicho que ésas eran también las
> > reglas en sus casas? Tanta gente me lo confirmó que llegué a la
> > conclusión que somos una inmensa mayoría. Y entonces me pregunto, si
> > somos tantos, ¿por qué nos acostumbramos tan fácilmente a los
> > atropellos de los insolentes? Yo se lo voy a contestar.
> > PORQUE ES MÁS CÓMODO, y uno se acostumbra a cualquier cosa, para no
> > tener que hacerse responsable. Porque hacerse responsable es tomar
> > un compromiso y comprometerse es aceptar el riesgo de ser rechazado,
> > o criticado. Además, aunque somos una inmensa mayoría, no sirve para
> > nada, ellos son pocos pero muy bien organizados. Sin embargo, yo
> > quiero saber cuántos somos los que estamos dispuestos a respetar
> > estas reglas.
> > Le propongo que hagamos algo para identificarnos entre nosotros. No
> > tire papeles en la calle. Si ve un papel tirado, levántelo y tírelo
> > en un tacho de basura. Si no hay un tacho de basura, llévelo con
> > usted hasta que lo encuentre. Si ve a alguien tirando un papel en la
> > calle, simplemente levántelo usted y cumpla con la regla 1. No va a
> > pasar mucho tiempo en que seamos varios para levantar un mismo papel..
> > Si es peatón, cruce por donde corresponde y respete los semáforos,
> > aunque no pase ningún vehículo, quédese parado y respete la regla.
> > Si es un automovilista, respete los semáforos y respete los derechos
> > del peatón. Si saca a pasear a su perro, levante los desperdicios.
> >
> > Todo esto parece muy tonto, pero no lo crea, es el único modo de
> > comenzar a desprendernos de nuestra proverbial INSOLENCIA. Yo creo
> > que la insolencia colectiva tiene un solo antídoto, la
> > responsabilidad individual. Creo que la grandeza de una nación
> > comienza por aprender a mantenerla limpia y ordenada. Si todos somos
> > capaces de hacer esto, seremos capaces de hacer cualquier cosa.
> >
> > Porque hay que aprender a hacerlo todos los días. Ése es el desafío.
> > Los insolentes tienen éxito porque son insolentes todos los días,
> > todo el tiempo. Nuestro país está condenado: O aprende a cargar con
> > la disciplina o cargará siempre con el arrepentimiento.
> >
> > ¿A USTED QUÉ LE PARECE? ¿PODREMOS RECONOCERNOS EN LA CALLE?
> > Espero no haber sido insolente. En ese caso, disculpen todos.
> > > >
> > (¿Sería muy insolente si les pido que lo reenvíen?)"
 

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