Fabricio Espín y Roberto Mancero, son dos jóvenes riobambeños que no pasan de los 23 años, pero eso no les ha impedido iniciar el Proyecto “Manitas Trabajadoras”.
¿De qué se trata la obra social que realizan?
Hace 5 meses, un grupo de ex misioneros salesianos iniciamos una labor con los niños trabajadores de las calles. Los sábados les damos de almorzar, además de jugar con ellos y compartir sus vivencias. También creamos una colonia vacacional, en la que aprovechamos para enseñarles manualidades, entre otras cosas.
¿Cuál es el objetivo de realizar este trabajo?
Fabricio, Santiago Torres y yo (Roberto), estamos encargados de este trabajo y nació porque después de graduarnos del Colegio Salesiano, hicimos un año de voluntariado, y por coincidencia, los tres permanecimos con niños de la calle, y desde ahí nació este sueño.
¿Cómo es el día a día con estos niños?
Su vida es muy diferente a la de cualquier niño. Los chicos sufren de muchas carencias y al mismo tiempo, tienen acceso a otras cosas que no deberían. Su ambiente de vida es más peligroso, por el mismo hecho que pasan en la calle y corren riesgos, y nosotros queremos evitar eso. Los niños con los que trabajamos, están en la escuela y empezamos nuestra labor, ayudándoles para que tengan buenas notas y crezcan en un mejor ambiente.
¿Cómo se llama el proyecto y hay apertura para más gente que desee ayudar?
El proyecto se llama “Manitos Trabajadoras”, Nosotros siempre vamos a estar abiertos si alguien nos desea ayudar. Hasta ahora hemos tenido mucha gente interesada que se han acoplado muy bien con esta labor.
Nos pueden llamar al 087910381 o si tienen algún cuestionamiento, nos pueden escribir a la página electrónica manitos_trabajadoras@hotmail.com. Si alguien tiene en su casa, una librita de arroz que le sobre, puede avisarnos para que colaboren de esta manera o ahora que se acerca la temporada escolar, también sería bueno que nos ayuden con cuadernos, esferos, etc.
¿Cuál es su mensaje?
Para todos los jóvenes, queremos decirles que no podemos ser indiferentes ante una realidad, porque muchas veces vemos a un niño que está trabajando y no hacemos nada, pudiendo hacer mucho que no depende de dinero, sino de ganas.En Riobamba hay muchas cosas por hacer en beneficio de estos niños, y con el apoyo de diferentes instituciones, se puede llegar a su vida para poder cambiar su entorno y tengan un futuro mejor.
Tomado del Diario La Prensa
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