Ing. Marcelo Méndez – marcelomendez2004@yahoo.com
Nuestro tren fue por muchos años motor y referente de la economía y culturas riobambeñas, ha sido muy triste ver durante las últimas décadas atestiguar el constante deterioro de este inigualable patrimonio fundamentalmente por el cambio de las circunstancias, en especial referentes al transporte de la nación.
Los trenes tradicionales en Latinoamérica han ido desapareciendo fundamentalmente por la masificación que ha devenido con el desarrollo de las carreteras y los vehículos que las usan, fue necesario hace ya algún tiempo un cambio de enfoque al negocio ferroviario mismo que ya no debía ser considerado en el área de transporte, y enmarcarse en la entonces naciente industria turística.
Esta transición no termina de concretarse pues las rutas, modalidades, y tipos de experiencia esperadas por el turista no son valoradas ni recogidos dentro de la planificación de la empresa.
Los turistas quieren la ruta Riobamba-Nariz del Diablo, en lugar de ello arreglan la ruta Latacunga Quito por complacer, o mejor dicho por cepillar al señor Presidente de la República a quien parece nadie haber advertido lo monumental de su error.
Los pasajeros desean ir en el techo del tren y en lugar de buscar satisfacerlos se encuentran razones para no hacerlo, muchas de ellas validas, pero evidentemente manifiestan una enorme incomprensión en su función de satisfacer al cliente, ¡es que es inseguro! dicen ellos, pues háganlo seguro, ¡es que es incomodo!, dicen también, pues háganlo cómodo; en definitiva alineémonos a lo que se requiere y no esperemos que el turista se ajuste a lo que nosotros ofrecemos, cambiemos ya, pues es en el tren en donde residen nuestras esperanzas de una vida mejor para Riobamba, sus habitantes y el Ecuador entero.
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