ESPAÑA AL MEJOR POSTOR
Cuando el general romano Tito arrasó Jerusalén en el año 70 de nuestra era, expulsó a los rebeldes judíos de Palestina y los dispersó por todas las provincias del Imperio.
Miles de hebreos de la diáspora llegaron a Hispania, provincia romana que comprendía toda la actual península Ibérica. En España los judíos prosperaron y se multiplicaron como hongos. Su proverbial habilidad para las finanzas y los negocios los convirtieron rápidamente en prósperos e influyentes personajes. Roma, tolerante con todos los pueblos y creencias mientras no se rebelen y paguen impuestos, fue indulgente con los hijos de Abraham.
En la España cristiana - visigoda, los judíos perdieron ciertos privilegios pero los volvieron a recuperar cuando los moros conquistaron la península. Bajo la protección de los Califas, nuevamente la comunidad judía prosperó y se enriqueció. Judíos hubo que ocuparon altos cargos en la administración y en el ejército musulmán.
Cuando en 1492, con la toma de Granada, terminan los 7 siglos de dominio moro en Europa, los judíos aliados de los musulmanes fueron las víctimas propicias de la venganza española. El poder y la riqueza acumulada por la comunidad judía, despertaron el celo de la católica reina Isabel quién azuzada por su confesor, el inicuo Tomas de Torquemada, ordenó la expulsión de todos los judíos de los reinos españoles. Los hebreos expulsados de la Península, llamados desde entonces sefarditas, se instalaron en su gran mayoría en Europa Oriental y en la actual Turquía, que por entonces eran parte del Imperio Otomano.
Mientras terminaban de salir los últimos judíos de España, Cristóbal Colón descubría América y los conquistadores españoles afianzaban su dominio en el Nuevo Mundo.
Con la protección de los Sultanes turcos las comunidades sefarditas volvieron a florecer.
En el siglo pasado a punto estuvieron de desaparecer, víctimas de uno de los peores genocidios que recuerde la historia. Los pocos sefarditas que se salvaron de los hornos crematorios de Hitler se marcharon a Israel, Estados Unidos y Sud América.
Hoy, leo con asombro que 500 años después de la expulsión de los judíos de la península, España se disculpa y los invita a volver como ciudadanos españoles con todas las garantías y derechos que merecen como tales.
Como ecuatoriano me indigna este proceder de la “Madre Patria”. Resulta que hoy España, acoge con beneplácito a sus hijastros y niega los mismos derechos a sus hijos nacidos en América. Abre sus puertas de par en par a un pueblo extranjero y nos tira la puerta en las narices a sus descendientes de este lado del Atlántico.
Resulta dudoso que con este proceder España quiera enmendar una injusticia histórica de hace medio milenio. Los gobiernos no saben de sentimentalismos. Mas bien parece que con esta medida el Gobierno Español espera una inyección de capitales frescos que puedan aportar los ricos judíos sefarditas y de paso mostrar su franca adhesión a la causa sionista, en estos momentos en que Israel masacra a sus vecinos palestinos de la franja de Gaza.
La aguda crisis en que se debate España la ha llevado a tomar esta absurda medida, tan ilógica como la de conceder la residencia española a cualquiera que pueda pagar 160.000 Euros por una casa, de las miles de viviendas que fueron expoliadas a los pobres migrantes mediante desahucios inhumanos.
Conclusión, si quiere adquirir la ciudadanía española debe cumplir uno de estos dos requisitos: ser judío errante o tener 160.000 Euros en el bolsillo. Joder.
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